Siempre pecamos de perfeccionismo para que sea la antesala del “no miedo” y es a través de los ojos de la autoexigencia la excusa perfecta del “aún me falta”.
Desde pequeña me inculcaron el esfuerzo, mejora continua y superación para ser capaz de llegar a las más altas metas, objetivos y sobre todo ser sobresaliente.
Apliqué el mismo método en mi vida universitaria (salvo el primer año) donde no existía más que sobresalir, esforzarme hasta la última gota para conseguir todo lo propuesto y ser licenciada.
Mismo sistema, en deporte, más y más hasta el pitido final aún fuésemos por debajo del marcador siempre habría que dejarse la piel para poder decirle a la mente que había llegado al máximo nivel de autoexigencia.
En la adquisición de nuevos hábitos (entrenamiento y alimentación) mismo método, hasta el extremo, perfección, ni un gramo más pero si uno menos, una repetición más pero nunca una menos, un paso más pero nunca menos.
¡Enfermizo! Una competencia no sana contra mi misma. ¿Tú lo has sentido?
Vida profesional, sin dejar nada, vaciarme, llorar, lamentar, caídas, fracasos y siempre, siempre en el mismo punto con la misma autoexigencia pero con menos energía y heridas que hacen mella día tras día.
¡Maldita autoexigencia! Paraliza, aterra, amenaza y atenaza a la mente, lleva mi integridad física, mental y emocional hasta el hastío, hacia la bruma y cansancio.
Hace años dije basta, no puedo más y lo tienes aquí en al
Hace meses vivo en una parálisis profesional por autoexigencia, por miedo y el avance es lento, es lento porque lo necesito, necesito analizar qué ha pasado todos estos años atrás y por qué me siento tan pequeña ante un abrumador mundo digital donde hay excelentes profesionales.
En esa parálisis, miedo y síndrome del impostor me he hecho varias preguntas:
¿Por qué estás en este punto? ¿Has puesto límites hasta llegar a la situación actual?
Qué has aprendido y qué te ha hecho caer
Qué vas a hacer para cambiar la situación
Cómo vas a plantear el camino y cuáles son tus pasos a seguir
Si estás ante la autoexigencia que te paraliza sólo te daré tres consejos:
Deja que fluya la situación.
Busca un aprendizaje.
Escúchate sin juzgarte.
¿Y tú has sentido la autoexigencia? ¿Cómo haces que sea tu aliada?
Un abrazo enorme y me encantaría leerte en comentarios.
Foto de Rahul: https://www.pexels.com/es-es/foto/vela-encendida-695644/
Me encanta que escribas sobre esto 🥰 que cuentes esta historia y tu proceso.
Me voy a escuchar el podcast que también se suena muy interesante.
Adelantes, toma tu pausa, aprende de el y compártelo porque juntos somos más y nos apoyamos.
Te abrazo 🤗